Francisco Niembro, director general en Aldea Verde, te explica las bases y necesidades sobre el compostaje y lombricompostaje.
El compostaje y el lombricompostaje son fundamentales para impulsar la sostenibilidad en la agricultura moderna. A través de estos procesos se promueve el reciclaje de residuos orgánicos, reduciendo la necesidad de fertilizantes químicos y disminuyendo el impacto ambiental. Además, contribuyen a mejorar la salud del suelo al aumentar su fertilidad de forma natural, lo que es clave para mantener la productividad a largo plazo sin agotar los recursos. Al integrar estas prácticas en los sistemas agrícolas se impulsa la preservación del medioambiente, al fomentar una agricultura más responsable y eficiente.
Ambos procesos son pilares de la economía circular en la industria agroalimentaria. El compostaje permite transformar restos de cultivos en abono orgánico, mientras que el lombricompostaje utiliza lombrices para descomponer aún más eficientemente los desechos orgánicos. Esto crea un ciclo en el que los residuos se convierten en recursos valiosos para la misma tierra de donde provienen, cerrando así el ciclo de nutrientes. Implementar estas prácticas no solo reduce el desperdicio, sino que también puede generar nuevas oportunidades económicas en el manejo de residuos.
Para obtener composta y lombricomposta de alta calidad es fundamental llevar a cabo estos procesos de manera correcta. Es crucial controlar la proporción adecuada entre materiales ricos en nitrógeno y carbono, así como la humedad y la oxigenación en las pilas de composta. En el caso del lombricompostaje es importante proporcionar condiciones óptimas para las lombrices, como temperatura y humedad controladas. Solo con una correcta gestión podrás garantizar que el resultado sea un abono orgánico rico en nutrientes, que realmente mejore la calidad del suelo y, en consecuencia, el rendimiento de los cultivos.
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